Vivir
vivir a manos llenas
dejando atrás los quizás
y el miedo a no intentar.
No me detendré por alguien más,
ni siquiera aún por el dolor del ayer.
Las lágrimas son también parte del vivir
del respirar y ser parte
de esta historia llamada vida,
mi vida.
Por tanto tiempo quise protegerme
construyendo muros a mi alrededor
creyendo que así formaría mi mundo ideal
sin darme cuenta que dejé fuera
tantas oportunidades,
tanto caos
y con esto, tanto aprendizaje.
El dolor es parte del camino,
las heridas son parte del guion
y sin importar que tan lejos vaya
la desilusión siempre tendrá lugar.
Porque va dentro de mi.
De mi que espero encontrar sonrisas en cada rincón
como si esa fuera la receta a la felicidad
y al mismo tiempo
como si ésta fuera la clave para vivir.
No, no se trata de ser feliz.
Tampoco de llorar o ser miserable.
Creo,
se trata precisamente de todo lo que hay
en medio de todo ello: vida.
Los altos, los bajos,
las lágrimas, las sonrisas,
la traición, el dolor y las sorpresas.
Así que ya no más.
Suelto el guion que creí tener en mis manos
ese que espero todos cumplan a perfección.
Ni si quiera yo lo haré.
Me doy permiso de fallar
de equivocarme
de rendirme si así lo deseo
de volver a intentar.
Que cuando el último suspiro
toque a mi puerta
me encuentre viviendo,
así de simple,
así de hermoso
y así de perfecto.
El caos en medio de la imperfección,
la dulzura en medio del dolor
y el suave baile bajo la tormenta.
Vivir con brazos abiertos
tomando todo
y también soltándolo,
sabiendo que así como llegué
de igual manera partiré
con manos vacías.
Sin embargo,
con un corazón lleno
lleno de vida.
Agradeceré por
haber tenido una historia
que llevó mi nombre.
Viviendo, viviendo.
Sandy Mejía
Fotografía: Nathan Dumlao
Escucha el podcast sobre este pensamiento aquí.
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