
Y si en lugar de soñar en mundos posibles, realidades alternas, recordar una y otra vez los buenos momentos anhelando nunca se hubieran ido… si en vez de ello diéramos permiso a nuestra voz de decir lo que le obligamos callar, que forzamos a nuestro rostro sonreír cuando todo lo que quiere es llorar, si permitimos a nuestros pies andar a donde desean, a nuestro corazón amar en libertad, a plena luz y sin esconderse.
Qué sería entonces de este mundo si realmente mostráramos nuestra alma, sin máscaras ni pretensiones. Nosotros al desnudo, enfrentando así al miedo y diciéndole a la cara que no nos detendrá, ya no más.
Y que nuestros niños puedan ver que vale la pena luchar por eso que quieres, que no hay necesidad de esconderse, que podemos ser reales y apostar…sabiendo que podemos ganar o perder, que en esta vida no podemos tenerlo todo, pero sí podemos intentarlo; tal vez hasta el último aliento, siendo fiel a nuestro corazón.
Sandy Mejía
...
Y tú... ¿a qué quisieras darte permiso?
Comments