Es acaso mi nombre?
o es tal vez el de mis padres,
puede ser tal vez el lugar
que me vio nacer y crecer,
podría tratarse de mis títulos y medallas,
esos aplausos que he ganado,
por lo que he trabajo.
Es tal vez la oración que recito
por las noches y tiempo de necesidad
o tal vez las fronteras que he cruzado
y las culturas que he conocido,
o será ese error que aún me sigue
sin descanso, sin dejar de lado
las muchas fallas que he tenido.
No.
Nada de eso soy yo,
ninguno de esos me define,
ninguno.
Eso no dice lo que soy.
Soy, aún si desconocen mi nombre.
Soy, a pesar de que ignoren mi historia,
soy, con la suma de mis logros y fallas.
Soy el recuento de trofeos e intentos.
Soy también el ayer que no resultó como se planeaba.
Lo correcto y lo incorrecto,
aciertos y errores,
amigos y enemigos,
pasado y futuro,
todo bajo el mismo sol,
contado con el mismo reloj
y visto con los mismos ojos.
Los míos, estos que ven aún
cuando duermo y no dependen
de ninguna luz.
Soy el explorar,
el equivocarme,
el decir sí o decir no,
el ir o preferir quedarme,
De correr o ir a paso lento,
si saltar desde un monte alto
o mejor meditar.
Soy intento y también renuncia,
soy luz de sol y luz de luna,
abrazo cálido y soledad,
más que un epitafio
o lágrimas de adiós.
Soy suma y soy resta,
la ecuación sin resolver,
la historia que deseo hacer realidad.
Esperanza y decepción,
amor e indiferencia.
Soy quien elijo ser,
escribiendo a cada paso
un nuevo renglón en
esta historia llamada vida.
Sandy Mejía
Pd.
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