No siempre vienen envueltos,
no llegan en fechas especiales
ni acompañados de una canción.
De hecho, en su mayoría llegan sin previo aviso
y pocas veces parecen serlo, regalos.
Sin embargo, llegan para quedarse,
en tu corazón, en tu vida, en tu ser.
Precedidos tal vez por despedidas,
de esas que deseas nunca hubiesen llegado;
de hecho, ruegas con todas tus fuerzas
no se vayan, que por favor regresen.
No crees poder vivir sin su presencia.
Sobrevives. Aprendes. Un día a la vez.
Te vuelves más fuerte,
te redescubres,
encuentras cosas en ti que no sabías tenías
y te quieres, te abrazas, te valoras, te agradeces.
Por estar, por serte fiel, acompañarte, resistir,
continuar, por permanecer.
Te das cuenta un adiós te trajo
la mejor compañía: la tuya.
Regalos.
Regalos de vida.
Cuántos hemos recibido ya y no los vemos como tal,
no agradecemos, olvidamos tomarnos el tiempo para hacerlo,
siquiera notarlo.
Y es necesario, muy necesario.
Pasar de la necesidad y falta,
al reconocimiento y luego al agradecimiento.
Nos lleva del conflicto a la victoria.
Sabiendo que aquello que creíamos perdido
fue realmente una nueva alineación
para el nuevo tú.
Que si alguien está, es porque quiere
y si alguien ha partido,
es porque su tiempo en tu camino ha terminado.
Gracias.
Gracias por lo compartido,
gracias por lo vivido,
gracias por la lección.
Regalos,
regalos de vida.
Personas, eventos, lugares, experiencias;
llegadas, partidas, comienzos, finales;
sonrisas, lágrimas, abrazos, discusiones;
sorpresas, decepciones, tiempo…tiempo.
Regalos,
regalos de vida.
Ojos para verlos
brazos para recibirlos
sabiduría para entenderlos
corazón para guardarlos.
Enséñanos vida,
enséñanos a ver esos regalos
que continuamente nos mandas.
Regalos,
regalos de vida.
Sandy Mejía
...
Esto forma parte del último episodio del podcast, titulado "Regalo de vida".
Puedes escucharlo aquí.
Y a ti, ¿cuál ha sido un regalo que te ha dado la vida?
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