Este mismo cielo me miraba
cuando sentía ahogarme
en el inmenso universo de deberes y teneres.
Deber hacer,
tener que cumplir.
Esto, aquello y otro más.
Tanto más, mucho más
y nunca suficiente.
Porque las reglas no eran mías,
no formaba parte del jurado
mi papel era tan solo cumplir,
hacer y cumplir.
No cuestionar, no cambiar, no discutir.
Todo en nombre de la paz.
Tamaño ironía, tremenda contradicción.
Cabe decir, la puerta siempre estuvo ahí.
Fui yo quien decidió la ubicación
opté por quedarme dentro
me asustaba salir
buscar la libertad
el camino de mi corazón,
ese donde el cielo era mi camino
y el sol mi abrazo constante.
No necesitaba nada más.
Mejor calor solitario
que frío de indiferencia.
Ahora lo sé
y este mismo cielo me mira,
me sonríe, se alegra en mi existir.
Sabe de las luchas,
ha visto los pasos
contado las lágrimas
y disfrutado las sonrisas.
Ahora conozco la paz
la elegí,
la defendí,
porque me elegí.
Ante todos,
ante nadie,
ante mi.
Por mi, solamente por mi.
La obra más perfecta del Universo.
Total plenitud
inmensa sincronía
donde el pasado se une con el presente
y ya no es lo mismo
pues solamente yo soy el jurado
quien elige el camino
dicta las reglas
y las reescribe de ser necesario.
Pues se trata de la aventura
del gozo en el caminar,
descubrir y aprender.
De mi, sobre todo de mi.
Esta vida, se trata de vivir.
Sandy Mejía
Fotografía: Esther Driehaus
...
Sin duda tiempo atrás, el cielo me miraba viviendo una vida que estaba lejos de ser lo que yo deseaba, me sentía atrapada, encarcelada. Recuerdo mirar hacia arriba, ver el cielo y darme cuenta que era tan azul, tan vasto...era como si me mostrara la posibilidad de mi vida, lo que podría llegar a ser, lo que ya antes había sido.
Fue necesario tomar acción, tomar la decisión y hacerlo.
Si había una vida diferente que yo quería, entonces debía hacerlo posible. Yo y solamente yo, nadie más.
Ahora, años después miro de nuevo al cielo y éste me sonríe, sabe de mi plenitud, sabe de las sonrisas que nacen de mi alma. Y no, no porque todo es perfecto, sino porque sin duda vivo en plenitud, en sincronía conmigo misma. Estoy en el lado de la libertad. Este es mi camino, el que voy eligiendo a cada paso.
Y a ti, ¿cómo te ha mirado el cielo?
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