Llegamos sin saberlo
comenzamos esta aventura de vivir
con lágrimas en los ojos
y llanto a todo pulmón,
alegría de quien nos recibe
y en amor nos esperaba.
Comenzamos el camino con la guía
de manos que nos acompañan paso a paso
y nos muestran el camino.
Su asombro por la vida parece crecer
con el nuestro:
el primer paso, la primera risa,
las bromas, las travesuras, el hablar,
andar en bicicleta…tanta dicha en cosas
que antes parecían triviales.
El amor cobra una nuevo significado,
el más grande que jamás experimentaron.
Y continuamos el trayecto,
de llenar los días con historias,
aprendizajes, aventuras.
Sin embargo la historia da un giro inesperado
y soy yo quien cierra los ojos
mucho antes de lo pensado.
No pude decir adiós
a ellos quienes me recibieron con brazos abiertos,
quienes me acompañaron sin excusa,
ellos quienes me enseñaron el significado del amor.
Yo, la razón de su dicha más grande
y también, la razón de su dolor más profundo.
Con todo, me quedo con las sonrisas compartidas
con los abrazos que sanaban cualquier herida,
la familia que fue un verdadero hogar
y el amor más hermoso que pude experimentar.
Porque, no lo dudes;
podrás no verme por ahí
pero sigo sintiendo el amor,
es tan grande y tan fuerte que
no conoce límites de tiempo o fronteras.
Lo siento, cada día siento su amor.
Fui dichoso de tenerlos como padres, familia,
guías, maestros y compañeros de vida.
Dichoso de ser receptor de su amor,
¿sienten el mío? tampoco se ha ido,
nunca se fue.
Y por cierto, sé con certeza quién
los recibirá de este lado con brazos abiertos.
Los amo,
¡hasta el próximo abrazo!
Sandy Mejía
Fotografía: Gijs Coolen
...
En memoria de mi querido Grillo.
Si has perdido a alguien querido, si te quedaste con ganas de decirle adiós, un último abrazo. Sabe que tu amor lo abraza, y de la misma manera el amor de esta persona hacia ti sigue vivo, siéntelo en tu interior.
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