¿Alguna vez has sentido que te llaman del otro lado del océano?
es como si tuvieras una misión que cumplir,
un lugar a donde ir, no lo entiendes bien, no lo sabes.
Pero lo sientes.
Y te llaman… te llaman a salir de donde estás,
te llaman a hacer algo distinto a lo que estás haciendo,
no sabes qué, no sabes cómo, no sabes cuándo.
Sin embargo, aceptas el desafío y das el primer paso.
Y te das cuenta, que tienes que salir completamente
de tu lugar conocido, de aquello a lo que estás acostumbrado.
Literal, es como caminar sobre las aguas.
Y hay todo un océano debajo de ti,
todo un mundo desconocido,
toda probabilidad de ahogamiento,
probabilidad de muerte.
Sin embargo lo sabes: Has sido llamado desde el otro lado
y das un paso, y luego el otro.
Y te das cuenta que ya estás caminando sobre las aguas,
estás cumpliendo un propósito,
llegas al otro lado,
llegas a tu destino.
Llegas a cumplir ese propósito por el cual fuiste creado,
pero tuviste que caminar sobre las aguas,
tuviste que desafiar al destino,
tuviste que desafiar las reglas, la lógica,
aún tus propios planes.
Pero precisamente tu fe crece
y te das cuenta que puedes perderlo todo,
puedes perderlo todo; mas no te pierdes a ti.
Porque hay alguien que te lleva de la mano,
hay alguien que te espera del otro lado.
Tú creces,
tu fe en ti mismo crece,
por aquel que te llamó del otro lado de las aguas.
...
Esto forma parte del episodio "CAMINAR SOBRE LAS AGUAS" del podcast Los colores del corazón. Puedes escucharlo aquí.
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