Esas que nos limpian el alma,
nos aligeran la carga
y nos reparan el corazón.
No se acaban,
no escasean.
Son justas,
necesarias
y honestas.
Nos guían,
nos consuelan,
pueden gritar
y a veces susurrar.
Otras veces
solamente nos dicen:
“aquí estoy, contigo”.
Gracias por acompañarme,
por conocerme,
por salvarme.
Son respiro en alta mar.
Sandy Mejía
...
Esto es parte del más reciente episodio del podcast "Los colores del corazón" que puedes escuchar aquí.
Y tú, ¿porqué lloras?
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